En un niño, joven, adulto y adulto mayor con alguna patología, la intervención va dirigida a la adquisición, recuperación o ralentizamiento de la capacidad que se desea potenciar
Las funciones ejecutivas son procesos cognitivos inherentes al ser humano y pueden estimularse a cualquier edad y en cualquier población. La diferencia en la técnica y herramientas para ello depende del objetivo que queremos lograr. Por ejemplo, para una persona de cualquier edad la estimulación contribuye a mantener en buen nivel las funciones ejecutivas, así como fortalecerlas. En un niño, joven, adulto y adulto mayor con alguna patología, la intervención va dirigida a la adquisición, recuperación o ralentizamiento de la capacidad que se desea potenciar.
En el caso de personas con alguna dificultad diagnosticada relacionada con las funciones ejecutivas, la atención es realizada por algún especialista del área. Sin embargo, es muy importante fortalecer el trabajo efectuado en las terapias con alguna actividad en casa. Por esa razón, te brindamos algunas alternativas con actividades tanto para niños, como adultos, guiados por algún miembro de la familia, quien también se beneficiaría de este espacio de esparcimiento familiar, fortaleciendo sus funciones ejecutivas.
Te brindamos algunas alternativas para fortalecer el trabajo efectuado en las terapias con alguna actividad en casa
Algunas propuestas
Rompecabezas: es un juego extraordinario para desarrollar varias de las funciones ejecutivas, como memoria de trabajo, planificación, organización, inicio y finalización de tareas. Los hay de diferentes tamaños, temas, diferentes números de piezas, en 3D, etc. Siempre habrá alguno que llame la atención de quien necesita entrenarse, desde el niño hasta el adulto mayor.
Sopa de letras: es un juego muy antiguo que encontramos en pequeños cuadernillos en muchos lugares o simplemente podemos hacer en casa con palabras conocidas. Consiste en buscar palabras en un conjunto de letras desordenadas en un cuadrado. Desarrollamos la atención y con ello la memoria de trabajo, así como la inhibición.
Memoria: tenemos en el mercado muchos juegos de memoria de diferentes tamaños, número de fichas, temas. También, podemos hacerlo de manera casera con motivos de interés del niño o el adulto. Consiste en buscar dos imágenes iguales en un conjunto de imágenes que están desordenadas y tapadas. Con este juego desarrollamos la memoria, pero es muy importante para mejorar la inhibición ante una posible frustración.
Construcción: estos juegos en los que hay que seguir unas instrucciones para construir la pieza, son útiles para desarrollar la inhibición, aprender que hay un inicio y una finalización de las tareas, planificación y organización.
Es importante recordar que varias de estas alternativas se consiguen en la red de maneras muy variadas que también pueden aprovecharse. Recordando siempre que esta actividad debe entrar en la categoría de juego para que las personas atendidas se sientan en una actividad lúdica y no laboral.
Razonamiento: si bien las actividades anteriores implican un trabajo de razonamiento, una actividad extraordinaria para trabajarlo es tratar de buscar distintas opciones a un plan inicial establecido. Cuando tenemos varias perspectivas sobre un hecho analizamos los pros y los contras de cada opción, y nos permite tener conclusiones más racionales. Un ejemplo, es proponer diferentes rutas para llegar a un sitio, qué vía tomar, cuál vía es mejor, por qué prefieres una u otra. Ejercitamos también la toma de decisiones, organización, planificación.
Estas son algunas actividades que, sin duda, ayudan a potenciar las funciones ejecutivas en casa. Es cuestión de poner manos a la obra. Existen muchas otras actividades que seguramente el acompañante podrá idear. Asimismo, si sientes o has observado en un allegado dificultad con alguna de las funciones ejecutivas, consulta a un especialista.
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