La planificación da sensación de seguridad, de proyección, de sentirnos positivos ante grandes cambios, incluso grandes catástrofes
La planificación es ese proceso mental que nos permite establecer las acciones que debemos llevar a cabo para lograr un objetivo, decidir sobre el orden para cada acción, así como el plan de ejecución. En principio, cada quien planifica de acuerdo a sus capacidades cognitivas, la experiencia de vida y la información que tiene sobre lo que debe ser planificado.
Por otra parte, tenemos la incertidumbre, palabra que asusta muchas veces, porque es el desconocimiento sobre algo que sucede o sucederá y, por lo tanto, no podemos describir la situación actual o futura.
¿Qué hacemos entonces cuándo nos planteamos planificar en situaciones de incertidumbre?
Seguir planificando es la respuesta.
La planificación da sensación de seguridad, de proyección, de sentirnos positivos ante grandes cambios, incluso grandes catástrofes. Si nuestros planes previos no pueden cumplirse hagamos otros relacionados con nuestros objetivos iniciales. No olvidemos, que incluso en situaciones normales, muchos de nuestros objetivos delicadamente planificados no pudieron cumplirse por diferentes causas inesperadas. En medio de esta crisis por la que hoy atraviesa el mundo, mayores factores aparecen que escapan a nuestro control. No tenemos idea de cómo evolucionará este momento, qué medidas tomarán los gobernantes, cómo evolucionará el mercado laboral, cómo nos relacionaremos en nuestro entorno social.
Revisa en detalle los objetivos planteados en tu vida personal o laboral y re-estructura cada uno de ellos. Si tenías previsto un cambio importante para mejorar tu trabajo, pero con la pandemia, lo perdiste, desecha ese plan, pero si eres empresario y tenías como objetivo algún nuevo producto, un nuevo horario, una nueva técnica, solo debes adaptarla a la situación, es propicio posponer ese cambio o incluso hacer nuevas propuestas adaptadas al momento.
Si, en tu propósito de año, habías organizando un tiempo para hacer ejercicio, comer saludable, aprender a meditar, compartir más tiempo en familia. Este es tu momento. Aprovéchalo, incluso puedes disfrutar de un buen libro.
Esta es la hora de planificar, no puedes dejarte llevar por el azar de los acontecimientos, porque no lograrás nada productivo a corto, mediano y largo plazo. Postergar una planificación para cuando todo haya pasado te creará mayor incertidumbre al regresar a tus actividades previas.
Planificar te permite mantener tus proyectos activos, e incluso te permite mejorarlos porque la planificación la harás con mayor detalle, tomando en cuenta los imprevistos. De tal manera que los planes deben hacerse con un margen de flexibilidad. Puedes, idear un plan paralelo por si el principal no logra realizarse. Piensa en oportunidades no en imposibilidades.
Es un momento oportuno para pensar en el ahorro. Si esta situación te sorprendió con una base de ahorro, seguramente has pasado menos dificultades que otros. Si, por el contrario, no los tenías, las cosas se complicaron. En cualquier caso, puedes tomar la determinación de ir haciendo un fondo de ahorro, cuando las circunstancias mejoren, para enfrentar situaciones inesperadas.
Aceptemos lo que está ocurriendo, aprendamos de este momento para fortalecernos como seres humanos.
La vida soñada, no debe entrar en la incertidumbre, simplemente se pospone con optimismo.